Los versos cortos                              
	son como sinfonías de la vida                              
	que endulzan nuestro destino humano                              
	y también flores del camino                              
	 con los que se pueden armar los manojos                              
	para perfumar cada despertar                              
	y todo el caminar                              

“Caminante no hay camino, se hace camino al andar…”