Se cumplen 20 años de la caída de la dictadura, pero como dice el tango, 20 años no es nada. El pueblo sufrió casi 35 años de desmanes, de violación sistemática de todos sus derechos, y luego de la caída del criminal dictador, las estructuras de la opresión quedaron intactas, de tal suerte que la impunidad quedó asegurada. En rigor de verdad, el golpe fue una gran trampa, ya que permitió al dictador morir tranquilo en el exilio, y a sus cómplices que dieron el golpe, continuar gobernando y robando.

Es necesario desmontar la figura de la mentirosa transición democrática que supuestamente se inició luego de la caída de la dictadura, ya que lo único que experimentamos fue la etapa de la dictadura blanda con permanente asalto al erario y continuando la opresión y represión del pueblo.

De esta manera, los golpistas del 2 y 3 de febrero de 1989, aseguraron su botín y supuestamente salvaron su honor.

A pesar de todo, para el pueblo y para la clase trabajadora, el 2 y 3 de febrero representa un momento importante en la lucha por la libertad y la justicia social.

El 2 y 3 de febrero, nuestro patrón San Blas se hizo presente como nunca en el escenario del país, indicando la etapa de recuperación de la dignidad del pueblo. Fue un momento de deslinde, ya que se demostró que ninguna dictadura criminal como la de Alfredo Stroessner, puede durar cien años.

La demostración más categórica se dio con la gesta cívica del 20 de abril y el 15 de agosto de 2008, que inicia en nuestro país la verdadera etapa de la transición democrática, una transición que demanda el desmonte de las estructuras que quedaron intactas luego de la caída de la dictadura.

Hace 20 años se dio una lección: la lucha del pueblo tiene la virtud del acero; desgasta al enemigo hasta ser imposible su continuidad.

Hace 20 años también se dio un aprendizaje; no basta tumbar a un dictador – es necesario transformar las estructuras que le dio vida.

Para la CNT y todos los trabajadores de la ciudad y del campo, que ofrecieron su vida y su testimonio en aras de la libertad, la democracia y la justicia social, 20 años no es nada, más todavía si continua la violencia en todas sus formas, la opresión y la represión en forma más sutil y se mantenga la patria sojera y el avance de los colonos brasileros desangrando a nuestro pueblo, como también manteniéndose los comportamientos tipo metalúrgica vera que despide sin misericordia a los trabajadores por formar sindicatos, o continue la barbarie de la secta Moon en puerto casado y se siga matando a lideres campesinos por reivindicar su derecho a vivir dignamente en su propio país.

20 años no es nada mientras continue como está la suerte de los pueblos aborígenes y siga la miseria condenando a nuestros niños y a nuestros abuelos.

20 años no es nada mientras no recuperemos nuestra soberanía en Itaipu – Yacyreta y se siga deforestando nuestro campo y no tengamos la seguridad sobre el futuro del acuífero guaraní.

20 años no es nada ante la inmensa tarea que tiene el gobierno del compañero Fernando Lugo, a quien los sectores conservadores y reaccionarios pretenden neutralizar para impedir la puesta en marcha de los cambios fundamentales que necesita el país.

Los 20 años nos reclama un compromiso cada vez más profundo para apoyar al gobierno del cambio, siendo vigilantes y protagonistas del proceso que tiene enemigos y adversarios dentro y fuera del país.

A los 20 años de la caída de la dictadura, nuestra consigna es profundizar nuestro compromiso por el proceso de cambio y mantener nuestra fortaleza moral, sindical y política para continuar la lucha ya que la lucha continua todos los días.

Rendimos homenaje a nuestros mártires de la dictadura; a Emigdio Colman Núñez, a Efigenio Fernández, a Fulgencio Bareiro Rodas, a Maximino Varela, a Santiago Lleguizamon, a Bernal Ruiz Diaz, Zoilo Estigarribia y tantos otros. A ellos recordamos con mística y con sentido de compromiso al cumplirse 20 años de la caída de la funesta dictadura del Gral. Stroessner.